martes, 27 de mayo de 2008

Este proyecto implica la naturaleza del lugar; donde el trabajo en El Madrugón de San Victorino, depende y se vive con respecto a los ruidos y los sonidos.
La voz, es la manera de vender, por eso en San Victorino es importante conocer "aquello con lo que se interactúa y conocer las herramientas de que se dispone", como se menciona en la conferencia sobre el pensamiento ecológico. Pues El Madrugón no es un lugar para cualquier vendedor; es necesario conocer esas herramientas para la venta: la voz. Por medio de ella, se anuncian las ventas, se gritan los precios y se llama al cliente.
Un lugar en donde el día comienza a las 4 de la mañana y las ventas terminan a eso de la 1 de la tarde, tiene abastecimientos de todo: desde la comida, hasta ropa, billares, etc. hay desde entretenimiento, hasta comida, por lo cual, San Victorino es el segundo hogar de muchos, por lo que ellos aprenden a vivirlo de la manera más natural.
El paisaje sonoro, es lo que los hace pertenecientes de ese lugar; el paisaje además de ser visible, es perceptible a ojo cerrado.

En la naturaleza virgen el promedio de fondo sonoro se encuentra entre 15 y 20 dB, en las zonas agrícolas alcanza 30-35 dB, en áreas suburbanas entre 35-45 dB y en las grandes ciudades 45-75 dB.
El ruido continuo de fondo, proveniente del tráfico, produce una sobrecarga perceptual que el cerebro humano es incapaz de procesar, lo que deriva en un estado subyacente de estrés. Nuestra percepción del espacio y del tiempo también es afectada por el nivel de ruido ambiental, lo que se refleja en la relación del hombre con su entorno. (blog: http://pei-paisajesonoro.blogspot.com/)

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